: Policía relata el horror del rescate en el atentado de la cafetería Rolando luego de 50 años.

En Bilbao, Pedro Chicote, el valiente policía en prácticas que en 1974 auxilió a las víctimas de la bomba de ETA en la cafetería Rolando de Madrid, ha recordado con dolor y emoción cómo se vivió ese trágico día hace 50 años. Chicote describió la explosión como un "infierno" que dejó 13 muertos y más de 70 heridos, convirtiendo el local en "un horno atroz".

En una entrevista con Europa Press TV, Chicote rememoró el impactante atentado, cuya autoría ETA no reconoció hasta 2008 en su boletín interno Zutabe. Con solo dos semanas en la Policía, el joven Chicote se vio enfrentado a una situación "durísima" que le ha marcado de por vida.

El día del atentado, Chicote fue lanzado por los aires por la onda expansiva antes de refugiarse detrás de unas persianas que lo salvaron de la muerte. Luego, se encontró en medio del caos, rodeado de cadáveres y gente herida, sin que nadie acudiera a socorrer.

Decidido a actuar, Chicote entró a la cafetería y comenzó a sacar a las víctimas, enfrentándose al fuerte olor a gas y al polvo de la explosión. Entre los momentos desgarradores que vivió, destaca el rescate de una niña atormentada por el chorro de agua de una tubería rota.

Tras su heroica labor, Chicote fue trasladado al hospital con un dedo dislocado, producto de la caótica escena. Luego, fue recluido en soledad en una pensión, donde lamentó el abandono institucional que sufrió por parte de las autoridades de aquel entonces.

A pesar de todo, Chicote recibió la medalla de oro al Mérito Policial con distintivo rojo de la Policía Nacional. Sin embargo, lamenta la falta de reconocimiento por parte de los gobiernos centrales. A día de hoy, Chicote sigue sin comprender el acto inhumano perpetrado por los responsables de esa masacre.

En sus propias palabras, Chicote destaca que el terrorismo indiscriminado no tiene cabida en una sociedad civilizada, y espera que los autores no encuentren la paz por sus terribles acciones. A pesar de todo, él mismo nunca logró conciliar el sueño tranquilo durante muchos años después de aquel fatídico día.