24h País Vasco.

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El Ayuntamiento de Bilbao da una cordial bienvenida al destacado Gremio y a la prestigiosa Escuela de Pastelería.

El Ayuntamiento de Bilbao da una cordial bienvenida al destacado Gremio y a la prestigiosa Escuela de Pastelería.

BILBAO, 10 Oct.

El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, junto a la Corporación Municipal, ha presidido este mediodía la tradicional recepción que el Ayuntamiento ofrece al Gremio de Pastelería y a la Escuela Profesional de Pastelería de Bizkaia, que retoman la costumbre de presentar la Tarta Begoña elaborada en homenaje a la patrona de Bizkaia, cuya festividad se celebra desde hace 120 años este miércoles, día 11 de octubre.

Esta increíble tradición ha vuelto a llenar de dulces aromas el Salón Árabe del Ayuntamiento de Bilbao, en la décimo séptima edición de este evento. En esta ocasión, destacaron la presencia de Elena Espeso, gerente del Gremio de Pastelería de Bizkaia, y los chefs Nadia Angulo (Pastelería Don Manuel), Asier Zorita (Pastelería Felipe) y Jone Marcaida (Pastelería Leku-Ona). Además, también se unieron a la celebración Víctor de Castro y Jon Erezuma, profesores de la Escuela Profesional de Pastelería, junto a una veintena de alumnos y alumnas de primer y segundo ciclo.

La hora más esperada del evento llegó cuando el alcalde Aburto repartió deliciosas porciones de la famosa Tarta Begoña entre las personas asistentes a esta segunda recepción anual. Todo el mundo se sintió afortunado de poder degustar esta delicia gastronómica única.

La historia de la Tarta Begoña se remonta a los años 90, cuando el Gremio de Pastelería de Bizkaia decidió organizar un concurso en busca de la tarta perfecta. Entre más de 100 propuestas, la ganadora resultó ser un bizcocho borracho de tres capas, relleno de praliné con palleté, crema de nata y praliné con mantequilla; todo esto bañado en una fina capa de trufa y decorado con azúcar glass en forma de la Basílica de Begoña.

En 2003, el Gremio de Pastelería de Bizkaia llevó la Tarta Begoña al Ayuntamiento de Bilbao, y desde entonces se ha convertido en un símbolo de las festividades en honor a la Amatxu de Begoña. Una verdadera joya culinaria que no solo deleita a los bilbaínos, sino que también representa la excelencia y la creatividad de los pasteleros de Bizkaia.