El 71 Festival Internacional de Cine de San Sebastián se compromete con la sostenibilidad al transformar 1.840 metros cuadrados de su alfombra roja en bolsas recicladas para donación de alimentos. Esta iniciativa ha sido presentada por el diputado de Sostenibilidad de Gipuzkoa, José Ignacio Asensio, y el director del Festival, José Luis Rebordinos, junto con representantes del Banco de Alimentos de Gipuzkoa y la Fundación Emaús.
Asensio ha elogiado al Festival por su "firme apuesta por la defensa de la sostenibilidad" y ha resaltado que esta iniciativa no solo promueve la economía circular, sino que también tiene un impacto social al redistribuir alimentos a quienes más lo necesitan. La Diputación foral de Gipuzkoa ha proporcionado moqueta 100% reciclada y reciclable para las alfombras rojas del evento, que se extienden desde el Palacio Kursaal hasta el Teatro Victoria Eugenia.
Rebordinos ha destacado que este proyecto se suma a las nuevas medidas de sostenibilidad del Festival en temas de transporte y energía. Considera importante que la icónica alfombra roja transmita un mensaje de reciclaje y aprovechamiento de recursos a la ciudadanía. Por su parte, el vicepresidente del Banco de Alimentos de Gipuzkoa ha elogiado el compromiso del Festival con la sostenibilidad y ha subrayado la utilidad de estas bolsas fabricadas a partir de la moqueta reciclada para acercar a personas vulnerables a un evento cultural de gran importancia.
Una vez concluido el Festival, la moqueta roja será donada al Banco de Alimentos de Gipuzkoa en forma de cerca de mil bolsas, que servirán como soporte para los productos donados a quienes lo necesiten. La empresa donostiarra Sin desperdicio, del Grupo Emaús Fundación Social, se encargará del reciclaje de la moqueta y la fabricación de las bolsas. El Departamento de Sostenibilidad ha destinado 17.000 euros para este fin.
El Festival de San Sebastián ha estado trabajando en su transición hacia un evento más sostenible medioambientalmente desde 2020. En los últimos tres años, ha adoptado diversas medidas relacionadas con la energía, la movilidad, las contrataciones y el uso de materiales, con el objetivo de reducir su huella de carbono. En 2020, se convirtió en la primera entidad de Gipuzkoa en compensar su huella de carbono a través del Fondo de Carbono Voluntario del territorio, compensando más de la mitad de sus emisiones con un valor monetario de 25.000 euros.