El PP del País Vasco propone reducir el tamaño de los centros de menores para mejorar su integración social.

El Partido Popular vasco ha presentado una propuesta en la que solicita al Gobierno vasco reducir la capacidad máxima de los centros de acogida de menores, ya que consideran que la normativa actual, que establece 30 plazas, ha fracasado en la tarea de integración y convivencia. Esta iniciativa busca mejorar tanto la convivencia interna en los centros como la relación con los vecinos.

En una rueda de prensa en Bilbao, el presidente del PP vasco, Javier de Andrés, destacó la importancia de revisar y modificar las normas de funcionamiento de los centros de acogimiento residencial para menores. Considera urgente abordar este tema, ya que se trata de un derecho fundamental y una obligación de los poderes públicos proteger a los menores.

De Andrés recordó que la Ley de Infancia y Adolescencia contempla el acogimiento residencial como una medida de protección para menores cuyas necesidades no pueden ser cubiertas en su familia. Por lo tanto, es necesario prestar una atención especial a este colectivo para garantizar su desarrollo personal e integración social.

El líder del PP vasco señaló que existen importantes problemas en centros como el de Sopuerta, que dificultan la integración de los menores y su preparación para la vida adulta. Por ello, propone una revisión del modelo actual de centros de acogida, reduciendo significativamente el número de plazas para mejorar la convivencia.

De Andrés insistió en la necesidad de una solución más acorde a los objetivos sociales, ya que considera que el modelo actual no está cumpliendo con su función de integración y convivencia. Por tanto, insta al Gobierno vasco a modificar el modelo de centros y reducir el número de plazas para garantizar un ambiente más familiar y propicio para el desarrollo personal de los menores.

En cuanto al número adecuado de plazas, De Andrés destacó la importancia de adaptarlo a cada situación, considerando las características de los jóvenes acogidos y el entorno donde se encuentre el centro. Su propuesta busca priorizar un ambiente más cercano a una realidad familiar que a un contexto colectivo, para mejorar la convivencia y preparación de los menores para la vida autónoma.