El vicario de Vitoria espera que la controversia con las clarisas de Belorado y Burgos sea solo un mal sueño.
La polémica generada por las decisiones de las monjas clarisas de Belorado y Orduña está causando un profundo daño a la Iglesia, ya que la comunión es uno de sus valores fundamentales.
El vicario general de la Diócesis de Vitoria-Gasteiz, Carlos García, confía en restablecer la armonía y calificar la situación de "locura".
Según García, todo comenzó con un acuerdo de compra-venta que no se ha cumplido, lo que ha llevado a un desacuerdo entre las clarisas de Belorado y las de San Antonio en Vitoria-Gasteiz.
El vicario no descarta que el asunto pueda terminar en los tribunales, pero recuerda que la propiedad del monasterio de Orduña corresponde a las clarisas de San Antonio.
A pesar del dolor causado por esta situación, García sigue confiando en las monjas y espera que se puedan restablecer los lazos de comunión.
Se considera posible que las monjas hayan sido influenciadas por un obispo excomulgado, lo que habría contribuido a esta situación complicada.
García lamenta el quiebre en la comunión y las declaraciones realizadas por el portavoz de las clarisas, calificándolas de "inapropiadas".
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