Un grupo de expertos europeos se ha reunido en Bilbao para trabajar en la búsqueda de medidas alternativas a la prisión para los delitos de violencia machista, en un esfuerzo por proteger a la sociedad sin recurrir al encarcelamiento como primera opción.

BILBAO, 22 de mayo.

Según el informe de gestión de Penas del Gobierno vasco-IRSE Euskadi, el año pasado un total de 964 personas con delitos de violencia de género participaron en programas alternativos a la prisión en Euskadi.

Esta información se ha dado a conocer durante la primera reunión que ha tenido lugar en Euskadi de la Confederation of European Probation (CEP), que cuenta con representantes de gobiernos, universidades y otros agentes académicos y judiciales.

La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno vasco, Nerea Melgosa, ha dado la bienvenida al grupo en un acto celebrado en el Archivo Histórico de Euskadi.

La CEP se enfoca en promover la inclusión social de las personas condenadas a través de sanciones comunitarias, dividiendo los ámbitos de trabajo según la tipología del delito a tratar.

En esta ocasión, la reunión ha estado centrada en la violencia machista y ha contado con la presencia de representantes de varios países europeos y de dos programas de actuación invitados de Turquía y Reino Unido.

Endika Biota, representante del Servicio Vasco de Gestión de Penas, ha sido el encargado de representar a Euskadi en este encuentro, que marca la presentación oficial de la región como miembro de la Confederación Europea.

En su intervención, la consejera Melgosa ha destacado la importancia de aprender de las experiencias de los colegas europeos y ha resaltado que el modelo penitenciario vasco coincide con la línea de trabajo de la CEP, centrado en la inclusión social a través de sanciones comunitarias.

Según los datos aportados, durante el año pasado se llevaron a cabo 977 planes de intervención alternativos a la prisión para personas con delitos por violencia de género en Euskadi.

Además, se han realizado programas psicoeducativos y terapéuticos específicos para casos de violencia machista, con el objetivo de que los hombres tomen conciencia de su masculinidad tóxica y contribuyan a los cambios necesarios para prevenirla.

La CEP se posiciona como la mayor y más antigua organización internacional con profesionales del ámbito de la libertad condicional, siendo reconocida como la voz de esta área por la Unión Europea y el Consejo de Europa.