Una manifestación de carácter progresista tuvo lugar el domingo en San Sebastián para denunciar los daños provocados por lo que llaman la "turistificación de la ciudad". Durante la manifestación, los organizadores censuraron a las instituciones públicas por estar al servicio de aquellos que se enriquecen con el negocio del turismo.
Convocada por la plataforma Bizilagunekin, la marcha comenzó en el Alderdi Eder y al concluir, los organizadores leyeron un comunicado en el que alertaron sobre cómo la sed de beneficios de unos pocos está afectando a la población de muchas ciudades y territorios.
En el comunicado, los organizadores destacaron la celebración reciente del "Foro Mundial de Turismo Gastronómico" en el Kursaal y señalaron que a partir de mañana se reunirían en la convención Turespaña las instituciones públicas y privadas que lideran la turistificación. Afirmaron que no es casualidad que estos eventos se lleven a cabo en su ciudad.
Según la plataforma, San Sebastián se ha convertido en los últimos años en un lugar para hacer negocios a través de la actividad turística. Expresaron que al permitir la turistificación sin restricciones, la ciudad ha atraído a inversores, multinacionales, especuladores, explotadores, oportunistas y buitres.
Como consecuencia de esto, destacaron que el espacio urbano se ha transformado en beneficio de los negocios turísticos, mientras que los precios han aumentado y los barrios han perdido habitabilidad convirtiéndose en meros lugares de visita.
Enfatizaron que las viviendas se han vuelto inaccesibles, los espacios naturales se convierten en atracciones, el pequeño comercio está en decadencia, el patrimonio arquitectónico y cultural está en peligro, el euskera se ha dejado de lado como un mero elemento decorativo, y cientos o miles de donostiarras no pueden desarrollar sus proyectos de vida en la ciudad.
En este contexto, acusaron a las instituciones públicas de estar al servicio de aquellos que se enriquecen con el negocio turístico. No creen en el discurso de turismo sostenible y consideran que la regulación de pisos turísticos y hoteles solo ha dejado la puerta abierta para abrir aún más. También critican la falta de transparencia en el uso del dinero recaudado por la tasa turística y rechazan la idea de que su implementación disminuiría la llegada de turistas.
Por tanto, la plataforma propuso reducir la promoción turística a cero, limitar los precios del alquiler de viviendas y eliminar la posibilidad de abrir más pisos turísticos y hoteles. También abogan por fortalecer las medidas de protección del patrimonio natural y arquitectónico, adaptar el espacio público a las necesidades de la población local y promover la vida comunitaria en los barrios.
Finalmente, hicieron un llamado a abrir el debate sobre los efectos del turismo y reconocer que se ha cruzado una línea peligrosa. Para preservar las condiciones de vida de los donostiarras, proponen iniciar un proceso de transición hacia un decrecimiento turístico consensuado y gradual, pero firme.
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