24h País Vasco.

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Viuda de López de Lacalle reclama reconocimiento de que su asesinato fue un crimen injusto de ETA.

Viuda de López de Lacalle reclama reconocimiento de que su asesinato fue un crimen injusto de ETA.

Mari Paz Artolazabal, viuda de José Luis López de Lacalle, ha pedido en Andoain que se reconozca “que lo que pasó no tenía que haber ocurrido”. Artolazabal ha advertido de que la convivencia “solo la estamos haciendo unos” porque “otros no quieren”.

La Agrupación Socialista de Andoain ha realizado una ofrenda floral en recuerdo del periodista vasco asesinado por ETA. La viuda de López de Lacalle, su hijo Alain López de Lacalle, el secretario general del PSE-EE de Gipuzkoa, José Ignacio Asensio, y la alcaldesa de Andoain, Maider Lainez, estuvieron presentes en el evento. También asistieron otras víctimas del terrorismo, como el periodista Gorka Landaburu y Maixabel Lasa, viuda del ex gobernador civil de Gipuzkoa asesinado por ETA Juan Mari Jauregi.

La viuda de López de Lacalle ha asegurado que “sin convivencia no hay pueblo, no hay nada” y lamentó que “por desgracia, la convivencia solo la estamos haciendo unos, otros no lo quieren hacer”.

Por su parte, la alcaldesa de Andoain, Maider Lainez, ha recordado, en el Día de la Madre, que se celebra este domingo, que “hubo madres como Artolazabal, Lasa, Tomasi Peláez, viuda del teniente-alcalde de Lasarte-Oria, Froilán Elespe; o Marian Romero, viuda del exconcejal socialista de Arrasate, Isaías Carrasco, que transmitieron, a sus hijas e hijos y a la sociedad en general, paz, respeto y convivencia, desechando el odio, desterrando la venganza y transmitiendo valores a favor de la convivencia”.

La alcaldesa de Andoain ha destacado que López de Lacalle “se caracterizó por su generosidad” y fue “un defensor tenaz a favor de las libertades, que le llevó incluso a ser encarcelado por su lucha antifranquista”. También ha recordado que “fue un hombre al que le gustaban las largas charlas y debates, espacios donde poder confrontar ideas” pero “siempre desde la palabra y el respeto”.

El periodista, de 62 años, fue asesinado el 7 de mayo de 2000 junto al portal de su casa de Andoain. Colaborador habitual de distintos medios de comunicación, en el momento de su asesinato era columnista en el diario El Mundo.

Su muerte dio lugar a un manifiesto titulado ‘No nos callarán’, suscrito por los directores de los principales periódicos, en el que se condenaba el asesinato y toda la violencia de ETA en general.