El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha instado al sistema penitenciario vasco a avanzar hacia la colaboración entre todos los actores involucrados en la gestión penitenciaria, la administración autonómica y la abogacía de Euskadi, con el objetivo de promover la reintegración social de los presos. Estas declaraciones fueron realizadas durante la apertura del I Congreso de Derecho Penitenciario en el Colegio de la Abogacía de Bizkaia, donde resaltó la importancia de enfocarse en la reinserción de los reclusos sin causar daño adicional a las víctimas y bajo supervisión judicial.
Grande-Marlaska elogió la calidad del sistema penitenciario español, pero reconoció que existen áreas para mejorar y que es fundamental explorarlas continuamente. Destacó la formación y preparación técnica de los profesionales en instituciones penitenciarias como un activo clave y resaltó la colaboración con voluntarios, organizaciones civiles e instituciones públicas en la gestión penitenciaria.
El ministro enfatizó que el abogado defensor juega un papel crucial en determinar el tratamiento adecuado para los internos, siempre con el objetivo de lograr la reintegración en la sociedad. Subrayó que, a pesar de estar privados de libertad, los presos conservan su condición de seres humanos y merecen ser tratados con dignidad y respeto.
Desde su perspectiva, el derecho penitenciario es fundamental para garantizar el respeto a los derechos fundamentales de los reclusos que no han sido afectados por la sentencia condenatoria. El ministro apoyó la idea de que el cumplimiento de la pena debe conducir a la reintegración social de las personas temporalmente apartadas de la sociedad, siempre con la precaución de no causar más daño a las víctimas y bajo supervisión judicial.
Grande-Marlaska recordó que Euskadi asumió la competencia exclusiva sobre las instituciones penitenciarias en 2021 y heredó un sistema penitenciario sólido. Destacó que la seguridad y la estabilidad regimental se han fortalecido desde 2018, lo que ha permitido abordar múltiples tratamientos penitenciarios y promover la justicia restaurativa, la atención a la discapacidad y la igualdad de género.
El ministro resaltó el esfuerzo por aumentar la plantilla de profesionales penitenciarios en los últimos años, superando la cifra de 25.000 profesionales y reduciendo la población reclusa en los centros penitenciarios estatales. Destacó la importancia de la formación continua para mejorar las condiciones laborales y la eficacia de la intervención penitenciaria.
En conclusión, Grande-Marlaska defendió el modelo colaborativo en la gestión penitenciaria y el papel vital de trabajar juntos para promover la reinserción social de los presos. Destacó que el compromiso de todos los actores involucrados es fundamental para mantener el respeto, la convivencia ordenada y el compromiso con la reintegración en el sistema penitenciario vasco.
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