MADRID/BILBAO, 1 de septiembre. Las ola de calor que asoló el país en agosto ha dejado un trágico saldo de 2.177 muertes en España, con 74 víctimas registradas en la comunidad autónoma del País Vasco, según el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III.

Comparando con el año anterior, la cifra de decesos es alarmante: un incremento del 71,3% en relación al mismo mes de 2022. Este aumento refleja no solo el impacto del clima extremo, sino también la urgencia de abordar las crecientes crisis medioambientales.

Las regiones más golpeadas son Madrid y Cataluña, que han contabilizado 415 y 361 muertes respectivamente. Les siguen comunidades como Castilla y León con 264, y la Comunidad Valenciana con 204. Aunque la situación es preocupante en todo el territorio, el País Vasco también refleja esta dura realidad con 74 defunciones.

En la península vasca, de los 74 fallecimientos, 26 fueron hombres y 48 mujeres. Es alarmante que 51 de estas muertes correspondan a personas mayores de 65 años, subrayando el impacto desproporcionado del calor en la población más vulnerable.

Además, la escalofriante cifra de agosto supone un aumento de 1.117 muertes en comparación con julio, que cerró con 1.060 fallecimientos atribuibles al exceso de calor. Desde junio, el total de muertes por esta causa asciende a 3.644, un asombroso 84,3% más que en los tres meses de verano del año pasado.

Las peores semanas en términos de mortalidad se dieron entre el 11 y el 25 de agosto, donde se reportaron 934 decesos en la segunda semana y 862 en la tercera. Estos datos ponen de manifiesto la urgencia de adoptar medidas efectivas contra el cambio climático y sus efectos devastadores sobre la salud pública.

En cuanto a la distribución por sexos, se han producido 877 fallecimientos masculinos y 1.300 femeninos. La población de mayor riesgo, más de 65 años, representa una abrumadora mayoría, con 2.099 muertes, de las cuales 1.428 corresponden a personas de más de 85 años, resaltando la necesidad de cuidar y proteger a nuestros mayores en tiempos de crisis ambiental.