
El lehendakari Imanol Pradales ha defendido este lunes, en una reunión con embajadores de la Unión Europea en España, la necesidad de fomentar una Macrorregión Atlántica y de reconocer oficialmente el euskera en las instituciones europeas. Durante su discurso en el Palacio de Ajuria Enea, Pradales insistió en que la UE debe proporcionar a "pueblos y naciones sin Estado", como Euskadi, “nuevas capacidades políticas” para enfrentar el creciente autoritarismo y los retos significativos que plantea el cambio climático y la crisis económica.
Pradales se mostró profundamente preocupado por la incertidumbre y volatilidad que caracterizan el panorama mundial actual. Citando situaciones críticas como el "genocidio" en Gaza, destacó el alarmante incremento de regímenes autoritarios, lo que exige una respuesta proactiva de Europa. “No podemos permitirnos ser meros espectadores; necesitamos que Europa asuma un papel de liderazgo”, afirmó el lehendakari. Advirtió que una respuesta tardía podría ser desastrosa y comprometer el futuro de la UE.
El lehendakari subrayó que la lenta reacción de la UE la empuja hacia la irrelevancia global. Resaltó que, considerando la rapidez de los cambios actuales, es imperativo que la Unión actúe con mayor agilidad y enfoque. En su opinión, “la falta de una posición clara en momentos críticos socava la credibilidad del proyecto europeo y debilita su influencia en el mundo”, citando la crisis humanitaria en Gaza como ilustración de esta ineficacia.
Pradales hizo un llamado a transformar informes en acciones concretas, enfatizando la necesidad de aumentar la autonomía europea en sectores vitales como la energía, la industria y la defensa. Según él, la Unión, para enfrentar los venideros desafíos, debe evolucionar hacia una mayor autónomía política y optimizar su gobernanza, algo que se traduce en una superación de su actual sistema de unanimidad, que frecuentemente se convierte en un obstáculo.
Criticó el uso excesivo del veto dentro de la UE como una herramienta que bloquea decisiones fundamentales y, en cambio, propuso avanzar hacia un sistema que permita a "pueblos y naciones sin Estado" jugar un rol activo en la configuración de la gobernanza europea. La urgencia de establecer mayorías efectivas en la toma de decisiones fue otro de los puntos cruciales abordados por el lehendakari, quien aseguró que Euskadi puede contribuir significativamente a las metas europeas, en especial en cooperación transfronteriza y reindustrialización.
Durante su ponencia, enfatizó la importancia de que Europa reafirme sus principios éticos y su autonomía política, haciendo hincapié en la relevancia de una participación activa de regiones como el País Vasco. "La creación de redes de colaboración flexibles es esencial para implementar proyectos transformadores", indicó, resaltando la necesidad de materializar la Macrorregión Atlántica como un paso vital en este sentido.
El lehendakari solicitó el apoyo de los embajadores para avanzar en esta Macrorregión, argumentando que los cambios globales y la construcción de nuevas cadenas de valor requieren una colaboración más efectiva entre territorios. En este contexto, Euskadi se presenta como un socio estratégico con capacidades únicas que pueden potenciar la competitividad europea a través de la innovación tecnológica y la sostenibilidad.
Pradales también pidió que se considere la participación de Euskadi en la creación del nuevo Marco Financiero Plurianual y en la Política de Cohesión, recordando que durante encuentros recientes con los gobiernos central y vasco propuso que su región tuviera un rol activo en la gestión de los recursos europeos. Anunció, además, que en 2026 se celebrará una cumbre en Euskadi con regiones industrializadas para discutir temas críticos como Inteligencia Artificial y tecnologías limpias.
En cuanto al euskera, el lehendakari enfatizó su importancia como uno de los idiomas más antiguos de Europa, y afirmó que el Gobierno Vasco ha estado trabajando arduamente para lograr su reconocimiento oficial en la UE. Resaltó que la petición de oficialidad del euskera se base en principios de justicia y diversidad lingüística que deben ser coherentes con los valores europeos. “No es justificable que una Unión que promueve 'Unidos en la diversidad' imponga un modelo de 'un Estado, una lengua'”, sostuvo.
Finalmente, Pradales hizo hincapié en la urgencia de avanzar en este proceso, sosteniendo que "es el momento de fortalecer Europa y su diversidad; es hora de que el euskera sea reconocido oficialmente en Europa". Su firme declaración concluyó con un llamado claro a la acción para un futuro en el que todos los idiomas y culturas sean correctamente valorados en el marco europeo.
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