En un reciente suceso ocurrido en Bilbao, una mujer fue arrestada el pasado jueves por la Ertzaintza al intentar introducir una cantidad considerable de hachís en el Centro Penitenciario de Zaballa, en Álava, durante su visita a un interno. Esta situación pone de manifiesto los retos que enfrenta la seguridad en los centros penitenciarios y la lucha contra el tráfico de sustancias ilegales.

De acuerdo con información proporcionada por el Departamento de Seguridad, los funcionarios encargados del control de acceso al penal se percataron de que la visitante, que se disponía a ver a un interno, llevaba dos rollos de plástico adheridos a su antebrazo. Al ser inspeccionados, estos se revelaron como contenedores que albergaban aproximadamente 103 gramos de hachís.

Frente a esta evidencia, los trabajadores del centro penitenciario notificaron a las fuerzas de seguridad, quienes actuaron rápidamente. Los agentes de la Ertzaintza se hicieron cargo de la mujer y procedieron a investigar más a fondo su visita.

Durante la revisión de una taquilla que pertenecía a la detenida, se descubrió un adicional envoltorio que contenía alrededor de dos gramos de speed. La mujer, de 56 años y con antecedentes penales, ahora deberá presentarse ante las autoridades judiciales en los próximos días, lo que plantea interrogantes sobre la situación de las personas que intentan introducir sustancias ilegales en los recintos penitenciarios.