En la mañana del viernes 4 de abril, la Ertzaintza llevó a cabo el desalojo de los últimos okupas del gaztetxe Etxarri, situado en Rekalde, Bilbao. A las 10:20 horas, los operativos policiales lograron sacar a los cuatro ocupantes quienes, tras haber permanecido en el interior por cerca de una hora, se habían refugiado en la azotea del edificio.

Los okupas fueron escoltados por miembros de la Policía Vasca hasta una furgoneta en la que fueron identificados. Según fuentes del Departamento de Seguridad del Gobierno vasco, se prevé abrir un expediente sancionador en su contra por obstrucción, de acuerdo con la Ley de Seguridad Ciudadana.

A pesar de la tensión que rodeó la operación, no se registraron incidentes durante el desalojo, aunque la zona permaneció acordonada. La comitiva judicial encargada de llevar a cabo la orden de desalojo estaba todavía en el interior del gaztetxe a las 10:45 horas.

Desde primeras horas de la mañana, un despliegue policial significativo se estableció en las inmediaciones del gaztetxe, con aproximadamente 15 furgonetas de la Brigada Móvil de la Ertzaintza posicionadas en las cercanías y en calles adyacentes. Además, un helicóptero y drones sobrevolaban el área, en la que se concentraron alrededor de 200 personas cubiertas que se manifestaban en contra del desalojo.

Las protestas se habían iniciado la tarde anterior, con escalamientos de violencia que resultaron en cinco detenciones y 15 agentes de la Ertzaintza heridos. Alrededor de las 21:00 horas del jueves, un grupo de aproximadamente 100 personas encapuchadas se enfrentó a las autoridades que custodiaban el edificio, lanzando botellas y objetos. La situación derivó en desórdenes públicos, con contenedores volcados y fuego en algunos de ellos.