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Ruiz de Azúa propone en 'Los domingos' un espacio para que el público forme sus propias opiniones.

Ruiz de Azúa propone en 'Los domingos' un espacio para que el público forme sus propias opiniones.

La cineasta Alauda Ruiz de Azúa presenta su nuevo trabajo, 'Los domingos', en el marco del 73 Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde pone de manifiesto la "fragilidad" de las relaciones familiares, un tema que ha explorado también en sus anteriores obras como 'Cinco lobitos' y 'Querer'.

En una conversación con el público y los medios, Ruiz de Azúa destacó su confianza en la capacidad de reflexión del espectador, manifestando que la película busca ofrecer un espacio para que cada quien saque sus propias conclusiones sobre la complejidad de las emociones humanas y las decisiones vitales. "La historia plantea que la búsqueda de afecto puede llevarnos a caminos inesperados", explicó la directora.

Presentando su película junto a un talentoso elenco que incluye a actrices como Nagore Aranburu y Patricia López Arnaiz, así como a actores como Miguel Garcés y Juan Minujín, la trama sigue a Ainara (interpretada por Blanca Soroa), una adolescente que empieza a cuestionar su futuro a medida que contempla el camino de la vida religiosa.

Ruiz de Azúa confesó que la idea de 'Los domingos' proviene de una anécdota personal: "De joven conocí a una chica que optó por entrar en una orden religiosa y me llamó poderosamente la atención. Esa decisión, tan radical, generó en mí una curiosidad que ha perdurado en el tiempo", comentó.

La cineasta también abordó temas de familia y convicciones, proponiendo un relato que examina las fragilidades inherentes en las relaciones familiares y cómo un joven puede llegar a cuestionar principios que antes parecían inamovibles. "Siento que es un tema fascinante, así que decidí sumergirme en él", añadió.

Con la intención de fomentar el debate sobre la presencia de lo religioso en una sociedad cada vez más laica, Ruiz de Azúa considera que el cine tiene un poder evocador que trasciende las interpretaciones literales. "Mi objetivo es ofrecer múltiples perspectivas mientras mantengo un enfoque respetuoso hacia creencias que no son las mías", enfatizó.

La directora destacó que uno de los grandes logros de la película es crear un entorno donde los espectadores puedan reflexionar y formarse su propio criterio. "Esta es una obra cargada de preguntas complejas, y me interesa explorar cómo nuestras percepciones morales pueden interferir en nuestra capacidad para comprender al otro", señaló.

La cineasta comentó también que en su filme, las monjas son actuadas por un grupo de mujeres, y, aunque hay una continuidad temática con su anterior trabajo, la representación de la familia es otra vez un tema central. Sin embargo, apuntó que construir un entorno familiar basado en el amor y el refugio es un desafío, ya que "la fragilidad familiar es un hilo conductor en mis obras", expresó.

Sobre el desarrollo narrativo, Ruiz de Azúa explicó que la historia se construye utilizando tensiones que invitan al espectador a discernir si la búsqueda de Ainara es fruto de un deseo auténtico o está influenciada por su entorno, incluyendo las expectativas de los adultos. "Es un momento complicado y la vulnerabilidad de la adolescencia se refleja en el filme", puntualizó.

En relación al título de su película, la directora destacó su riqueza simbólica. "Los domingos representan tanto reuniones familiares como el día de culto para muchos, lo que aporta un juego de significados en la obra", subrayó.

Durante el proceso de filmación, los actores compartieron su experiencia colaborativa. Soroa, quien interpreta a Ainara, resaltó el invaluable trabajo de investigación de la directora, que les permitió construir el personaje de una forma auténtica. "Creo que hemos logrado capturar la esencia de Naiara", afirmó.

Aranburu, en su papel de monja, declaró que su tarea era encarnar la paz y la autenticidad de la vocación de Ainara. Garcés, que interpreta al padre de la joven, mencionó lo intrigante de su papel, que le permitió explorar una distancia emocional con su propia paternidad. "Eso fue tanto divertido como desgarrador", confesó.

López Arnaiz, en su rol de tía, subrayó que el retrato de las relaciones familiares es uno de los aspectos más potentes de la película, lo que facilita que el público se sienta identificado con sus dinámicas. "El cuidado en la escritura de estas relaciones es clave para una interpretación veraz", concluyó.