La negociación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en Bridgestone ha tomado un giro significativo al decidir ampliar el plazo de conversaciones hasta el 19 de mayo y considerar opciones como prejubilaciones y bajas incentivadas. Esta decisión surge en medio de un contexto de 546 despidos propuestos entre las plantas de Basauri (Bizkaia) y Puente San Miguel (Cantabria).

A lo largo de una nueva ronda de negociaciones, la dirección de la empresa expresó su intención de revisar la cifra de despidos inicial de 335 en la planta de Basauri, argumento que se basa en la insuficiencia de la plantilla restante para cumplir con el compromiso de producción de 850,000 neumáticos que tienen en su plan a futuro para esta fábrica vasca.

Las fuentes sindicales informaron que la extensión del proceso de negociación es esencial, dado que el período de consultas estaba a punto de terminar. Se han programado nuevas reuniones para los días 8 y 12 de mayo. "El motivo de este alargamiento es que aún estamos lejos de alcanzar un acuerdo, aunque hoy hemos visto algunas propuestas más alentadoras por parte de la empresa", comentaron desde el sindicato.

En relación a la cifra de despidos inicialmente planteada, los representantes han manifestado que esta podría ser excesiva, ya que se basa en un alto índice de absentismo del 7,5%. Durante la reunión, se prometió que, si las ventas en Europa superan las 1.800.000 unidades anuales, se garantizaría la producción de las primeras 150,000 cubiertas en la planta de Basauri. Este compromiso ha llevado a los sindicatos a cuestionar cómo se alcanzarán dichas cifras con la reducción de personal propuesta.

Los representantes sindicales han subrayado que la situación se ha tornado más clara, señalando que con los recortes de personal proyectados, solo serían capaces de producir 700,000 neumáticos, lo que pone en entredicho la viabilidad de la planta. "Nos hemos cuestionado su estrategia, y se han visto forzados a reconsiderar sus cifras de despidos, dado el desajuste con el compromiso de producción que han asumido", añadieron.

En un cambio notable, la multinacional ha manifestado su disposición a considerar prejubilaciones y bajas incentivadas, lo que podría suavizar el impacto de los despidos. "Es un avance relevante, ya que hasta ahora, los mayores de 55 años estaban excluidos del ERE. Si la situación ya es compleja, dejar a los trabajadores mayores en una situación incierta sería un golpe adicional", explicaron los representantes sindicales, vislumbrando un futuro más optimista si hay más oportunidades para los trabajadores jóvenes.