El pasado 2 de diciembre, Bilbao fue escenario de declaraciones relevantes por parte del Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, quien ha asegurado que su bienestar emocional no se ve afectado por la causa judicial en su contra, que se centra en un presunto delito de revelación de secretos. Esta acusación proviene de Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien se encuentra bajo escrutinio por presuntos delitos de fraude fiscal.

García Ortiz hizo estas afirmaciones durante la ceremonia de inauguración de la nueva sede de la Fiscalía de Bizkaia, un notable edificio histórico ubicado en el corazón de Bilbao. Este espacio ha sido restaurado en los últimos años, combinando su valor arquitectónico con un moderno enfoque en la administración de justicia.

Al entrar en el evento, y en respuesta a las indagaciones de los medios de comunicación sobre la denuncia en su contra, el Fiscal General mantuvo un tono de tranquilidad y se limitó a expresar que, en términos emocionales, “no está preocupado” por las alegaciones que enfrenta.

Este incidente ha llevado a que la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo aprobara de manera unánime abrir una causa judicial contra García Ortiz, enmarcada en la supuesta revelación de secretos. Este delito está vinculado a la divulgación de información sensible relacionada con una investigación acerca de delitos de fraude tributario y falsedad documental que afecta a un particular.

La materia en cuestión surgió a raíz de que Alberto González Amador interpusiera una demanda tras el conocimiento de una nota informativa de la Fiscalía de Madrid, donde se hacía referencia a la correspondencia por correo electrónico entre su abogado y el fiscal Julián Salto. Esta comunicación giraba en torno al caso de fraude fiscal que ha traído consigo la investigación en este asunto polémico.