
El consorcio vasco, bajo el liderazgo de Sidenor, está preparando una nueva emisión de obligaciones convertibles por un valor de 75 millones de euros, lo que refleja su intención de fortalecer su capital y sus capacidades operativas en el sector ferroviario.
En este contexto, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha decidido inyectar 45 millones de euros a Talgo mediante una ampliación de capital, además de sumarse a la emisión de obligaciones convertibles por 30 millones de euros. Esto eleva el total de apoyo estatal a 75 millones de euros, una estrategia destinada a revitalizar a la empresa y asegurar su futuro.
El consejo de administración de Talgo ha comunicado esta propuesta a la SEPI, lo que ha sido confirmado a través de un aviso a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En el mismo comunicado, se detalla la importancia de la nueva emisión liderada por el consorcio vasco que refuerza su interés en consolidar su participación en el sector ferroviario.
La SEPI ha indicado que está evaluando esta inversión en Talgo, aclarando que sus análisis se realizan en un marco de estricta transparencia y respeto por los principios de mercado. La entidad estatal ha recibido una solicitud formal que está sometida a un proceso de estudio, del cual se informará oportunamente a las partes interesadas.
Estos movimientos se producen tras un encuentro entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el lehendakari Imanol Pradales, donde se abordó la importancia de la participación del Estado en operaciones que buscan reforzar a Talgo, una empresa que emplea cerca de 700 personas en su planta de Rivabellosa y a más de 3.000 en toda España.
El Gobierno vasco se alinea con el consorcio liderado por Clerbil, que adquirirá un 29,77% del capital de Talgo, actualmente en manos del fondo Trilantic, a un costo de 185 millones de euros, una operación que promete reconfigurar el futuro financiero y operativo de la compañía.
Sin embargo, la transacción enfrenta desafíos significativos, incluyendo una multa de 116 millones de euros impuesta por Renfe debido a retrasos en la entrega de trenes. A esto se suma la presión de los acreedores para mejorar el balance y refinanciar la deuda de Talgo.
El Gobierno vasco ha solicitado apoyo estatal debido a la consideración de Talgo como una empresa estratégica para el país, especialmente tras haber bloqueado anteriormente la adquisición por parte de un consorcio húngaro.
Talgo, en este proceso, busca robustecer su estructura de capital mediante una emisión de acciones que aporta 45 millones de euros, permitiendo la creación de hasta 10.588.235 nuevas acciones, lo que se realizará sin el derecho preferente de suscriptores existentes.
Adicionalmente, se contempla una emisión de obligaciones convertibles por 30 millones de euros, también sin derechos preferentes, para obtener financiación adicional. Esto sitúa a Talgo en una mejor posición para enfrentar la situación actual del mercado.
Además, la empresa tiene planes de llevar a cabo una emisión complementaria de obligaciones convertibles de 75 millones de euros, dirigida a varios inversores, incluyendo a Ekarpen, Fundación BBK, Clerbil y Fundación Vital, aunque toda esta operación dependerá de la aprobación en la junta general extraordinaria de accionistas.
Es crucial señalar que todas estas acciones están sujetas a la validación por parte de la junta y deben ajustarse a las normativas pertinentes en el ámbito societario y del mercado de valores.
La invitación a la SEPI forma parte de una fase exploratoria y preliminar; la ejecución final de estas iniciativas dependerá de un exhaustivo análisis y la posterior autorización por los accionistas de Talgo.
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