En un mar de voces en defensa del empleo, miles de manifestantes tomaron las calles de Basauri, Bizkaia, este sábado, para expresar su rechazo ante el alarmante anuncio de un ERE que afectará a 546 trabajadores en las plantas de la empresa Bridgestone, tanto en la localidad vizcaína como en Puente San Miguel, Cantabria. La inquietud crece, ya que 335 de estos despidos se producirán en Bizkaia, lo que intensifica la preocupación sobre el futuro laboral de cientos de familias.
La movilización, que partió de la fábrica a las seis de la tarde, estuvo encabezada por una pancarta que clamaba “Bridgestone, despidorik ez (No a los despidos), ¡plan industrial ya!”. El recorrido culminó en el Ayuntamiento, donde los trabajadores leyeron un contundente comunicado que refleja su determinación y unidad ante la adversidad.
Entre los asistentes también se encontraban destacados líderes políticos y sindicales, como Eneko Andueza, secretario general del PSE-EE, y Loli García, secretaria general de CCOO Euskadi, quienes apoyaron la causa en un momento crítico para la comunidad laboral. La presencia de figuras públicas resalta la importancia del evento y la necesidad de una respuesta contundente frente a los despidos injustificados.
Durante la manifestación, se alzaron gritos de unidad como “No sobra nadie” y “Si esto no se arregla, leña”, reflejando la preocupación y el descontento de los trabajadores. Una segunda pancarta, que complementaba el mensaje de lucha, demandaba “Bridgestone por la defensa del empleo. No a la deslocalización”. Esta protesta no solo representa un clamor por la supervivencia de la planta, sino también una defensa del trabajo en condiciones dignas.
Los participantes, muchos de ellos vestidos con sus uniformes de trabajo y portando pegatinas que decían “No a los despidos. Borroka merezi du. Huelga. Plan industrial ya”, se unieron con amigos y familiares en un acto que ve su importancia no solo en la lucha interna de la empresa, sino en la historia de lucha obrera de la región. Los testimonios recogidos durante la marcha evidenciaron la determinación de un colectivo que ha sido fundamental para la economía local.
Las voces de los trabajadores resonaron con preocupación al describir el impacto que un ERE de esta magnitud tendría sobre sus vidas y las de sus seres queridos. “La producción de la planta de Basauri es el sustento de muchas familias”, afirmaron, subrayando que el anuncio de despidos ha causado un impacto profundo al ser percibido como un intento de deslocalización hacia Polonia, un movimiento que muchos consideran un acto de mala gestión empresarial.
En un momento en que el futuro de la fábrica se vuelve incierto, la plantilla ha optado por suspender la producción, comenzando con una huelga enérgica en una muestra de resistencia. Los sindicatos (CCOO, UGT, SITB, ELA, y BUB) han programado más días de huelga tanto en la planta de Puente San Miguel como en Basauri en los próximos días, evidenciando la cohesión entre los trabajadores ante una amenaza inminente a su estabilidad laboral.
El comunicado final leído al concluir la manifestación resonó con un tono de alarma. Los trabajadores de Bridgestone, una planta emblemática en la industria vasca desde hace casi un siglo, afirman estar atravesando uno de los momentos más difíciles con el inicio del proceso de deslocalización. La acusación a la empresa por buscar despedir a un número tan elevado de empleados inundó el ambiente con un sentimiento de injusticia, ya que la compañía sigue reportando beneficios robustos y recibiendo apoyo estatal.
Este anuncio ha sido recibido como un golpe brutal. “No somos números, somos personas,” insistieron los trabajadores, destacando cómo estas decisiones afectan no solo sus vidas, sino también las dinámicas económicas de la región, que depende del empleo generado en la fábrica. La posibilidad de un cierre definitivo se cierne sobre ellos como una sombra, con el miedo a que esta decisión desencadene un efecto dominó sobre el comercio local y otras empresas asociadas.
Recordando un pasado industrial rico y el legado de la compañía, los trabajadores reflexionaron sobre los tiempos difíciles en los que la industria, a menudo, ha enfrentado retos monumentales. “Este lugar ha sido el corazón de nuestra comunidad durante generaciones. No podemos permitir que se desvanezca así,” dijeron, enfatizando su deseo de que la historia de Bridgestone como un pilar de la industria vasca no termine en un desenlace trágico.
Con un fuerte llamado al “orgullo obrero”, los manifestantes concluyeron su acto, afirmando su compromiso de luchar contra la avaricia y exigir justicia. La consigna fue clara: “Convirtamos el miedo en fuerza. Juntos somos invencibles.” Un mensaje poderoso que busca inspirar a otros a unirse en esta lucha por la dignidad laboral y los derechos de los trabajadores, recordando que en Bridgestone, efectivamente, no sobra nadie.
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