En un giro sorprendente de los acontecimientos, tres personas han sido detenidas en relación con un elaborado atraco a una sucursal bancaria en San Sebastián, donde la supuesta víctima, un familiar y un amigo habrían conspirado juntos para llevar a cabo el delito.

El incidente tuvo lugar en la mañana del 14 de abril, cuando el encargado de abrir la sucursal bancaria en el barrio de Altza fue abordado por dos hombres que, tras amenazarlo, lograron acceder a la caja acorazada y sustrajeron una considerable suma de dinero.

La Ertzaintza, tras una meticulosa investigación, comenzó a cuestionar la versión de los hechos ofrecida por la víctima, quien presentó múltiples inconsistencias en su relato y había violado en varias ocasiones los protocolos de seguridad establecidos por la entidad financiera. Esto despertó las sospechas de los policías, que se sumieron en la indagación del caso.

Gracias a un exhaustivo trabajo de investigación, se logró identificar a los dos hombres responsables del atraco: un hermano del empleado asaltado, de 24 años, y un amigo de ambos, de 23 años. Las conexiones familiares y la cercanía entre los sospechosos y la víctima pusieron de manifiesto un inquietante entramado detrás del asalto.

Los investigadores también descubrieron que los detenidos tenían antecedentes policiales y eran habituales en salones de juego y apuestas, lugares donde se les vio frecuentemente luciendo grandes sumas de dinero. Esta información, junto con otras pruebas que los relacionaban directamente con el ataque, llevó a su arresto en las últimas horas.

En una búsqueda llevada a cabo en las residencias de dos de los sospechosos, se recuperaron 11.050 euros que formaban parte del botín, junto con una mochila y un guante que se presume fueron utilizados durante el asalto.

Los tres individuos involucrados en el atraco, incluidos los dos responsables directos y un cómplice de 29 años, han sido trasladados a las instalaciones de la Ertzaintza para completar las diligencias requeridas. Al final del proceso, los detenidos serán puestos a disposición del Juzgado de Donostia/San Sebastián, donde se decidirá su futuro legal en este insólito caso de complicidad delictiva.